martes, 12 de mayo de 2015

Organizadores: 
El panorama psicológico de Spitz, se sustento con ideas elaboradas desde la embriología: en especial el concepto de organizador de Spemann. Por lo cual se cree que es necesario definir a continuación este término, con la finalidad de que exista una mejor comprensión de su pensamiento.
Un organizador según la embriología es la instancia que gobierna las fuerzas operantes en el desarrollo embrionario, ordenándolas según un eje evolutivo particular. Constituye una especie de marcapaso del desarrollo, el cual induce la diferenciación de los tejidos dependientes de él. A su vez, un primer organizador facilita, por inducción sucesiva, las condiciones apropiadas para la emergencia de un segundo organizador, en un tejido que tiene la potencialidad para ello.
La aparición de un organizador preciso se infiere según Spitz "por la aparición de una conducta afectiva específica, que es señal del establecimiento del organizador y del inicio de una nueva fase" (Spitz, 1959). Cuando un determinado estadio acaba, obtiene un punto crítico en el cual surge un nuevo organizador.             

1.- La sonrisa, es el primer reconocimiento social que hace el niño del cuidador principal, a partir de este momento (tres meses aproximadamente) el mundo queda dividido en dos: el niño y la madre (dentro y fuera). Supone la aparición de la alteridad y el embrión del campo social. El pequeño establece por primera vez un vínculo con el otro y el mundo ya no volverá ser urobórico, el infante pierde de este modo la felicidad edénica que le caracterizó hasta ese momento.
El niño inaugura en esta fase  un cuerpo separado de la madre. Y con la experiencia del cuerpo propio el Yo cambia desde un estado de indiferenciación hasta la construcción de un YO corporal lo que lleva aparejado un no- Yo. El bebé sabe que cuando se muerde una mano es Yo y cuando muerde una manta es no-Yo.
2.- La angustia ante el extraño. Es decir aquellos que no son su madre producen temor y desasosiego. 
Una madre que ahora está y ahora desaparece, en un orden de sincronías, simultaneidades y predictibilidad creciente: aparece el tiempo y emerge el binomio confianza/desconfiaza, la certidumbre o la duda de que la madre volverá, la angustia ante el extraño y el reconocimiento en el espejo.
3.-La aparición del “No”. El tercer organizador aparece un poco más tarde y es fundamentalmente semántico y manipulativo, también autoafirmativo. No deja de ser curioso que el organizador aparezca como un No para que el niño aprenda a decir Si a sí mismo. Es el tiempo de “salirse con la suya” y de una ganancia de poder. Después de aprender a decir No, el mundo vuelve a escindirse en dos ramales y el niño está en condiciones de seguir su evolución y diferenciación, una evolución que con el tiempo dará lugar a otras formas de decir No.


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